(LA GACETA) La Ciudadela quedó chica de verdad. Ingresó una multitud. Muchas personas llegaron tarde por la larga cola que había para entrar a la cancha. Todos estuvieron bien apretados, pero a nadie le importó, ni siquiera la avalancha que se produjo por el gol del empate.
El estadio tampoco dio abasto para albergar tanta pasión. Papelitos, fuegos artificiales y las tres banderas, dos de ellas se terminaron rompiendo, le dieron un marco espectacular a una tarde histórica para el club, puesto que por primera vez, en un partido. oficial, venció a River Plate, uno de los más grandes del fútbol argentino.
La Ciudadela se transformará en una espina para los “millonarios”. En este mítico estadio, el grande se vistió de chico y por mezquino, terminó siendo goleado por uno de los monstruos del interior. El silencio de sus 2.500 hinchas patentizaba la vergüenza deportiva.
Los “decanos” no estuvieron ausentes en la fiesta de La Ciudadela. Disfrazados de “millonarios”, pretendieron festejar una derrota de su archirrival, pero no sólo se quedaron con las ganas, sino que se fueron con las caras largas porque entendieron de una vez por todas que lo del “santo” es cosa seria.
Los fanáticos se fueron sin voz a sus casas. Dejaron la mitad de sus gargantas cuando festejaron de Gustavo Ibáñez -resistido al principio del encuentro y vitoreado al final- de Daniel Vega y de Enzo Bruno y la otra parte por cantar durante tanto tiempo. Eso sí, durante los minutos en los que River se imponía, sólo se escuchó a los “millonarios”.
La fiesta arrancó a la mañana y continuó hasta bien entrada la noche. Es que este 21 de setiembre de 2008 está grabado a fuego en el corazón del hincha “santo” y es por ese motivo no faltará mucho tiempo para en una estrofa de algún clásico tribunero.
domingo, 21 de septiembre de 2008
La ciudadela quedo chica
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